Elena Cano Ramírez, profesora del Liceo Bicentenario de Excelencia de Trehuaco, fue gravemente agredida por un estudiante de 14 años con Trastorno del Espectro Autista (TEA). La docente fue golpeada con una escoba y, tras ser sometida a una cirugía, se encuentra estable pero en estado crítico. El incidente ha generado conmoción en la comunidad educativa y ha reavivado el debate sobre la convivencia escolar y la atención a estudiantes con necesidades especiales.
Iván Hinojosa, esposo de la profesora, calificó el ataque como un “intento de homicidio”. En declaraciones a T13, Hinojosa relató que el estudiante no solo intentó herir a su esposa, sino que, después de quebrar el palo de la escoba, buscó perforarla en el estómago. “Fue un acto de extrema violencia, claramente con intenciones de causarle un daño mayor”, afirmó. El hecho ha llevado al colegio a iniciar un sumario interno, mientras que los profesores han convocado una movilización en apoyo a la docente.
Por su parte, el Colegio de Profesores ha exigido agilizar en el Congreso un proyecto de ley sobre convivencia escolar, argumentando que este tipo de incidentes evidencia la necesidad de contar con herramientas legales y protocolos claros para prevenir y manejar situaciones de violencia en las aulas. La organización ha subrayado la importancia de brindar apoyo tanto a los docentes como a los estudiantes, especialmente a aquellos con condiciones como el TEA.
Sigue el debate tras el ataque del joven con TEA
Israel Acuña, padre del adolescente, defendió a su hijo, explicando que el joven tiene autismo y que su reacción violenta se debió a dificultades de comprensión y a la repetición de instrucciones. Acuña reveló que su hijo había tenido un conflicto previo con la profesora, quien, según él, le habría dicho que “no servía” para la clase si no quería escribir. Además, relató que el incidente se desencadenó cuando el menor cuestionó un grito de la docente al pedir que los estudiantes guardaran sus celulares, a lo que ella respondió que él “no era el abogado de sus compañeros”.
El padre del estudiante aseguró que esta es la primera vez que su hijo se ve involucrado en una situación de este tipo y reconoció que la profesora es una buena docente, aunque no estaba capacitada para manejar a un estudiante con TEA. El caso ha abierto un debate sobre la formación y los recursos necesarios para que los profesores puedan trabajar con alumnos que presentan necesidades educativas especiales, así como sobre la importancia de fomentar un ambiente escolar inclusivo y seguro para todos.