El resonante éxito del show de 31 Minutos en la serie Tiny Desk Concerts de NPR, que acumula millones de reproducciones y se ha convertido en un fenómeno internacional, provocó una profunda reacción en uno de sus creadores. Álvaro Díaz, la voz detrás del icónico personaje Juan Carlos Bodoque, compartió inicialmente una extensa reflexión en Instagram sobre la dinámica interna del equipo y sus sentimientos personales hacia el popular programa.
A pesar de la masiva acogida que tuvo su publicación, el autor de la reflexión tomó una decisión inesperada. Tras releer sus propias palabras, Díaz optó por editar el post, borrando el texto completo y sustituyéndolo por un comentario mucho más breve. Su motivo fue simple: consideró que había escrito un "sermón agotador," un lapsus que atribuyó al "Estrés post Tiny supongo. Solo quiero darle gracias a todos: a los involucrados directos y a la gente que nos sigue. Les dejo las fotos igual", fue su nueva y concisa nota.
La supresión del texto generó una reacción en cadena entre la fanaticada del programa, quienes lamentaron la pérdida del escrito original y pidieron su publicación de vuelta. Un comentario, en particular, se hizo viral entre los seguidores: "Botón de los que amamos el sermón agotador." Otros mensajes, como "Álvaro, ¿por qué borraste tu discurso? Lo leí anoche y realmente me hizo llorar", evidenciaron el impacto que tuvieron sus palabras en el público.
Viral texto del creador de 31 Minutos
A raíz de la insistencia, la reflexión original pudo ser recuperada. Luego de que "busquillas de internet" encontraran una captura de pantalla del texto, el sitio Funtualist contactó a Álvaro Díaz. Respetando su decisión de haberlo eliminado inicialmente, el creador de 31 Minutos autorizó su publicación íntegra. En el texto, Díaz se sinceraba sobre su gusto por tomar fotografías en las giras, una "actividad sencilla y solitaria, todo lo contrario de 31 Minutos. Quizás un escape de 31 Minutos," aunque inmediatamente afirmó: "No me imagino la vida sin 31 Minutos".
El "sermón" también ofrecía una mirada a la complejidad del equipo creativo, al que describió como "un conjunto de individualidades con carácter, métodos singulares, ambiciones propias y deseos de destacar. Deseos muy humanos que generan tanta virtud como roces pero que no pueden ser ni tacaños ni tímidos”. Finalmente, el actor y guionista se refirió al logro en Washington, declarándolo como "la reivindicación de una creencia: que la creación es hija de la libertad, el interés genuino, el oficio y el amor. Nadie se dedica a esto para ser esclavo".
