Médico ecuatoriano impacta con sus declaraciones por fallecimiento de Francisco Albornoz

El fallecimiento de Francisco Albornoz consterna al país en estos días.

Lunes, 09 de junio de 2025 a las 13:03
Francisco Albornoz. Foto: redes.

La investigación por la trágica muerte del joven farmacéutico Francisco Albornoz dio un giro importante tras la formalización de los dos principales sospechosos: Christian González, de 31 años, y José Miguel Baeza, un chef chileno de 41. Ambos fueron enviados a prisión preventiva mientras avanzan las diligencias que buscan esclarecer su grado de responsabilidad en el crimen, ocurrido en circunstancias que aún estremecen por su crudeza y por el tiempo que transcurrió hasta el hallazgo del cuerpo.

Durante la extensa audiencia de formalización, que se prolongó por más de siete horas, la Fiscalía presentó detalles clave del caso. Según el informe del Ministerio Público, los golpes que causaron la muerte de Francisco Albornoz ocurrieron dentro del departamento donde vivía Christian González, quien es médico de nacionalidad ecuatoriana. Esta información desmiente por completo la teoría de que el joven fue trasladado aún con vida hasta San Fernando, donde finalmente su cuerpo fue hallado doce días después de su desaparición, a orillas del río Tinguiririca.

Una parte central de la audiencia fue la declaración del propio González, quien intentó desligarse de la responsabilidad directa, apuntando hacia Baeza como el autor de las acciones más graves. “Nunca supe el nombre de esta persona que estuvo en mi departamento”, señaló en su testimonio, en alusión a Francisco. Aseguró además que fue su compañero quien le informó que el joven estaba convulsionando, y que fue él quien se negó a pedir ayuda médica en ese momento crucial.

Más detalles de la muerte de Francisco Albornoz

González también detalló que insistió varias veces en que se llamara a una ambulancia, pero que Baeza se negó, argumentando que no debía estar allí. El relato da cuenta de momentos de angustia y descontrol en los que, según el médico, fue arrastrado por las decisiones del chef. La situación se tornó aún más macabra cuando, tras confirmar que Francisco Albornoz ya no tenía signos vitales, Baeza le habría propuesto ocultar el cuerpo, incluso pidiéndole una silla de ruedas para facilitar el traslado.

Finalmente, González declaró que ambos envolvieron el cuerpo con un cobertor azul oscuro antes de deshacerse de él. Estas declaraciones, ahora en manos de la Fiscalía, serán claves para definir la participación concreta de cada uno en el homicidio. Mientras tanto, las familias afectadas esperan respuestas claras y justicia en medio del dolor por una vida joven truncada de forma tan brutal.

 

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