Durante una transmisión en vivo desde el Vaticano, la periodista chilena Mónica Pérez vivió un emotivo momento que no pasó desapercibido. Enviada por Canal 13 para cubrir el Cónclave, fue testigo directa del instante en que la tradicional fumata blanca apareció en la chimenea de la Capilla Sixtina, señal inequívoca de que un nuevo Papa había sido elegido. Su reacción, espontánea y cargada de emoción, dejó ver el profundo impacto que tuvo para ella formar parte de este acontecimiento histórico.
Mónica Pérez alcanzó a compartir unas pocas palabras antes de que la emoción se apoderara de su voz. "Bueno, te tengo que decir que también estoy emocionadísima de poder ver esto…", logró expresar antes de quebrarse visiblemente. Su testimonio, lejos de ser un simple reporte, conectó con la audiencia de forma genuina, mostrando la humanidad detrás del ejercicio periodístico.
Luego de una breve pausa en la transmisión, la periodista relató cómo incluso sus colegas no pudieron evitar dejarse llevar por la conmoción del momento. “Nos abrazábamos nosotros que somos periodistas. Porque de verdad que es una sensación muy emotiva contagiosa, les tengo que contar”, explicó, reflejando la intensidad del ambiente que se vivía en la plaza de San Pedro.
Mónica Pérez y su emoción por la elección del nuevo Papa
A pesar de la dificultad para continuar con el despacho en directo, Mónica Pérez mantuvo la compostura y resumió la emoción del momento con una frase que resonó entre los televidentes: “Las lágrimas también salen por los ojos nuestros, no solamente del Papa”. Con esta imagen, dejó claro que la elección papal trasciende lo religioso, generando un profundo impacto emocional en quienes la presencian.
La jornada continuó con la confirmación oficial desde el Vaticano: el nuevo líder de la Iglesia Católica es el estadounidense Robert Prevost, quien asumirá el nombre de León XIV. El anuncio se realizó poco después del mediodía en Chile, culminando una jornada cargada de simbolismo y emociones que quedará grabada tanto en la historia como en el corazón de quienes la vivieron.