Después de veintidós días de incertidumbre que culminaron con el hallazgo del cuerpo de Krishna Aguilera en una fosa en Calera de Tango, su padre, Leonardo, ha roto el silencio para enfrentar el doloroso proceso de hablar sobre el asesinato de su hija de 19 años. En conversación con el matinal Mucho Gusto, el hombre expresó su agotamiento y su deseo de que se haga justicia de forma contundente.
El padre de la víctima manifestó su profundo cansancio ante la situación y su urgencia por obtener un cierre para el duelo. “Estoy muy cansado, quiero terminar luego esto. Quiero que me devuelvan a la niña, para sepultarla, quedarme tranquilo e irme de aquí. Y los que están presos, que tengan cadena perpetua”, expresó Leonardo, pidiendo la pena máxima para los responsables del crimen.
En un momento de profunda introspección, el afligido padre compartió una dura autorreflexión sobre su rol en la vida de su hija. “Yo fui muy blando con ella. Se iba, yo la retaba, pero me decía ‘papá, cuando yo era chica no me decías nada. Ahora yo tengo 19 años’, y ella salía igual, no me hacía caso”, relató. Luego, sentenció: “Si hubiera sido duro con ella, no habría pasado nada”, y reveló que fue una amiga de Krishna la que la llevó a trabajar con el narcotraficante Juan Beltrán.
Krishna Aguilera y un caso que estremece
Con la voz entrecortada por la emoción, Leonardo recordó la última vez que vio a su hija, un recuerdo marcado por un presagio involuntario. “El 4 de octubre, la Krishna bajó corriendo por la escalera, abrió la puerta y me dijo ‘chao, papi’. Primera vez que me dice ‘chao, papi’. Cuando me dijo eso, yo estaba sospechando... había en el auto tres hombres”, narró el padre.
Finalmente, el hombre teorizó sobre el significado de esas últimas palabras, viéndolas como un acto de protección y una despedida definitiva. “Tuvo que haber sido una despedida eso. Mi hija no quería salir, pero salió rápido, porque quizás esas personas iban a pasar e iban a disparar”, analizó. El padre de Krishna Aguilera concluyó, justo antes de romper en llanto: “Nunca me voy a olvidar de esa frase: ‘chao, papi’”.
