La reciente jornada de segunda vuelta presidencial dejó un resultado electoral inesperado en los recintos penitenciarios, marcando un quiebre en el patrón histórico de votación de los internos. Según el desglose de mesas del Servel, el candidato opositor José Antonio Kast logró imponerse en 14 de las 19 cárceles habilitadas para sufragar a lo largo del país, revirtiendo la tendencia donde tradicionalmente la izquierda y el oficialismo obtenían victorias contundentes en estas poblaciones.
Este resultado simboliza un verdadero cambio de paradigma en el comportamiento electoral de quienes se encuentran privados de libertad (imputados y condenados a penas no aflictivas). Si bien en las elecciones de 2021 y los plebiscitos constitucionales el voto penal se inclinaba abrumadoramente hacia el sector gobernante, en esta ocasión la "Ola Republicana" logró penetrar los muros perimetrales, demostrando que el discurso de orden y seguridad del candidato opositor caló hondo en esta población específica.
La victoria de José Antonio Kast se consolidó en centros penitenciarios de gran envergadura y con una alta población habilitada para ejercer el sufragio. El abanderado del Partido Republicano se impuso en cárceles emblemáticas que solían ser adversas a la derecha, incluyendo el Complejo Penitenciario de Valparaíso, el CCP Colina y el CDP Santiago 1. Por el contrario, la candidata oficialista, Jeannette Jara, solo consiguió la victoria en 5 recintos.
José Antonio Kast y su victoria
Expertos sugieren que este vuelco electoral podría explicarse por dos factores primordiales. Primero, se plantea un "voto de castigo" hacia la actual administración, la cual gestiona Gendarmería y las condiciones de los recintos carcelarios. El segundo factor es la propia crisis de seguridad interna, donde el crimen organizado ha alterado la convivencia, llevando a la población penal común a buscar —paradojas de la situación— una figura de autoridad fuerte que prometa restaurar el control dentro de los penales.
El derecho a sufragio en las cárceles, que se aplica progresivamente a internos que no han perdido su ciudadanía (penas menores a 3 años y un día) y a quienes están en prisión preventiva, reveló cifras notables en penales específicos: en el CP Alto Hospicio, José Antonio Kast obtuvo el 90% de los votos, y en el CP Punta Arenas, alcanzó el 94,74%. Estos números confirman que el voto penal ha roto su histórico sesgo político, inclinándose mayoritariamente por la propuesta de José Antonio Kast.