La comunicadora Rosario Bravo abordó el controversial fin del podcast "¿Cómo están los weones?" y el futuro de su tatuaje, que lleva el nombre del extinto programa. Invitada al podcast de Nico Orellana, Bravo ahondó en los motivos de su decisión de no revivir el proyecto junto a su excompañero, Daniel Fuenzalida.
La enfermera y comunicadora se tatuó la frase que daba nombre a su exitoso podcast, el cual llegó a su fin después de una gran polémica. En la entrevista, Orellana le preguntó si volvería a retomar el proyecto en algún momento, a lo que ella respondió con una negativa rotunda. "No. El podcast era con Daniel Fuenzalida y qué pena lo que pasó, era algo tan exitoso y que, en el fondo, pasó esto, pero yo no podría", aseguró.
En esa misma línea, Rosario Bravo aclaró que, si bien no descarta hacer un programa similar, no lo haría bajo las mismas condiciones. "No con ese nombre ni esa escenografía", afirmó. Para ejemplificar su postura, la comunicadora utilizó una analogía personal: "Es como que yo pierda una guagua, la haya bautizado, y después tengo otro hijo y le ponga el mismo nombre". Con estas palabras, dejó claro que el ciclo del podcast está cerrado y que el recuerdo es algo que prefiere mantener inalterable.
Rosario Bravo y la polémica del tatuaje
Para cerrar el tema, Rosario Bravo enfatizó la importancia del legado del programa. "Fue muy lindo lo que tuvimos, mucho éxito y ahí queda: guardado y congelado", aseguró, mostrando el valor sentimental que le otorga a esa etapa de su carrera. Sus declaraciones dan a entender que, aunque el proyecto no continuará, la experiencia fue significativa y permanecerá en su memoria.
Finalmente, la comunicadora se refirió al destino del tatuaje que se realizó en conjunto con Daniel Fuenzalida, respondiendo a la pregunta que muchos se hacen. "¿Te lo vas a borrar?'. No, por supuesto que no. Primero, duele más que la chu... ya me borré un tatuaje y, segundo, para mí tiene un valor emocional esa frase", respondió tajantemente, disipando cualquier duda sobre el futuro de su piel y confirmando que el tatuaje es un recuerdo que, a pesar de los conflictos, se mantendrá con ella.
