Un emotivo momento se vivió en el programa de Vía X "Todo va a estar bien", cuando la invitada, Raquel Castillo, se conmovió hasta las lágrimas al recordar al animador Felipe Camiroaga. El emotivo instante ocurrió a pocos días del 14º aniversario de la trágica muerte del "Halcón de Chicureo" en el accidente del avión CASA 212.
La conversación se tornó emotiva cuando el conductor, Juan José Lavín, le mostró a Raquel Castillo una serie de imágenes de figuras públicas, incluyendo la de Camiroaga. "El gran Felipe. Se cumplieron hace poquito 14 años del accidente", dijo Castillo, y de inmediato su voz se quebró. La generadora de contenidos confesó que la noticia de su muerte fue "terrible" para ella. "De hecho, yo me las lloré todo ese día. Fue espantoso para mí", afirmó.
Visiblemente afectada, Castillo reveló que lo conocía desde que era muy joven y que su fallecimiento fue como el "acabo de mundo". El dolor no se limitó a su vida personal; también afectó a su familia, ya que su madre desarrolló una demencia a raíz del trágico accidente. "A mi madre le dio un Alzheimer, una demencia por ese accidente del Casa 212. Es verdad. Ha sido horrible la pérdida de él", contó con la voz entrecortada.
Duras palabras de Raquel Castillo
La creadora de contenidos compartió otro detalle personal que subraya la admiración que sentía por Camiroaga. Recordó que durante su audición para el programa Factor X Chile, su mayor sueño era poder animar un programa junto a él. Esta revelación, junto a su emotiva reacción, demostró la profunda conexión que sentía por el emblemático rostro de TVN.
El dolor por la pérdida de Camiroaga no es solo personal para ella. Raquel Castillo cree que su muerte afectó al canal y al país en general. "Yo creo que sin él no somos nadie. TVN se vino abajo también. Usted sabe cómo está la situación del canal ahora, y yo creo que no solamente TVN, hay muchas personas", relató. Al ver el evidente sufrimiento de su invitada, el conductor Juan José Lavín decidió cambiar el tema y pasar a la siguiente fotografía para no prolongar su angustia.
