Una vecina del edificio donde Manuel Monsalve deberá cumplir arresto domiciliario total en Viña del Mar expresó públicamente su malestar tras conocerse que el exsubsecretario dejó la prisión preventiva este lunes. Su opinión fue recogida en una transmisión en vivo realizada por el programa La Tarde es Nuestra, de Canal 13, mientras el equipo periodístico se encontraba en las afueras del edificio ubicado en el sector Agua Santa, en espera de la llegada del imputado.
La entrevistada se mostró visiblemente afectada por la situación, manifestando que la presencia de Manuel Monsalve en el vecindario le genera temor e incomodidad, pese a que la causa judicial aún se encuentra en desarrollo. “Tengo pena, indignación y mucha rabia acumulada. Porque no se nos está tratando con el respeto que deberíamos. No encuentro seguro que él venga para acá. Este es un barrio tranquilo y él está acusado tanto de corrupción como de violación”, expresó la mujer con firmeza ante las cámaras.
Más allá de los cargos que enfrenta el exsubsecretario, la vecina también criticó su conducta personal, indicando que lo ocurrido ha afectado su tranquilidad familiar. “Él, siendo un hombre casado, salía con una subalterna. Si había una relación o no, no tenía que haber pasado lo que ocurrió. Fue muy feo. Me siento afectada, como vecina, como madre, esposa e hija”, añadió, dejando en claro que para ella la situación va más allá del proceso judicial.
Duras críticas a Manuel Monsalve
Desde el estudio, el periodista Alfonso Concha intervino recordando que Manuel Monsalve mantiene la presunción de inocencia mientras se desarrolla la investigación. No obstante, consultó a la entrevistada sobre lo que más le preocupa de tenerlo como nuevo vecino. La mujer fue tajante al responder que ahora deberán “cerrar las cortinas” y expresó preocupación por las personas que podrían visitarlo. “Imagínate la calaña de persona que es, y quién me dice que las visitas que tenga sean una persona igual que él. Entonces, no me siento segura con él acá”, señaló.
Finalmente, la vecina reflexionó sobre cómo la llegada del imputado cambiará su día a día y el ambiente habitual del edificio. Comentó que el vecindario es un lugar tranquilo, donde nunca imaginaron convivir con alguien acusado de delitos graves. “Para mí que la cabeza no la tiene muy bien. Imagínate que nosotros tenemos las cortinas abiertas por un asunto de luz y ahora vamos a tener que mantenerlas cerradas por privacidad, por la persona que está llegando acá”, concluyó con evidente angustia.
