Por Rodrigo Germán Araya de Castilla. Profesional de Obstetricia y Puericultura.
El Estado tiene que garantizar la igualdad de trato y una renumeración justa de los Profesionales de Obstetricia y Puericultura, las Obstetrices/Obstetras.
La salud enfrenta grandes retos. Crisis económica, la situación de los hospitales, de los obstetras, para esto se requiere liderazgo político. Hasta el momento no he escuchado algún «honorable» de los retos, de propuestas claras y sobre el futuro de la Obstetricia y Salud Reproductiva y Sexual.
En este contexto, es importante recordar la lucha por un Chile y una América social justa, y en particular la lucha de justicia social entre los ciudadanos, que es una cuestión clave para el desarrollo de Chile y América Nuestra. Por eso es importante que las libertades sindicales y los derechos de los Obstetras que son los Profesionales de la Obstetricia y Puericultura, de la Salud Reproductiva y Sexual se pueda garantizar independiente de las libertades económicas de mercado.
Es importante para la sociedad de Chile y América que la cooperación de los profesionales de la Obstetricia y Puericultura funcione a nivel sindical-política. Para eso se necesita una buena legislación.
Una buena buena legislación protege a los profesionales de la Profesión de la Obstetricia y Puericultura contra la injusticia laboral y social. Los Obstetras somos profesionales de la salud que hemos sidos desplazados y negados a ejercer cargos de administración. Se nos ha limitado.
Necesitamos políticos que puedan proponer e implementar soluciones. Esto también significa asumir la responsabilidad de cambiar nuestra sociedad. Para lograr nuestras demandas como Obstetras, Profesionales de Obstetricia y Puericultura debemos unirnos y ser muchos.
Un herramienta para cualquier trabajador es ser miembro del Sindicato. Organización que nos da la oportunidad de organizarlos y mejorar nuestras condiciones de trabajo y poder influir en la vida laboral. También juega un papel importante en la democracia de cualquier país. Esto lo demuestra la historia, que nos cuenta que desde su comienzo el movimiento sindical ha estado trabajando para fortalecer la democracia y juega un papel muy importante en la actualidad de Chile y América Nuestra.
Una muestra de esto fue el papel que jugó el movimiento sindical a principios del siglo XX para lograr el derecho a voto universal e igualitario. El derecho de todo ciudadano a influir en cómo se gobierna la sociedad americana, donde la sociedad chilena es una parte de ella.
A lo largo de su historia los sindicatos han puesto gran énfasis en educar a sus miembros sobre cómo funciona la sociedad, a fin de fortalecer su capacidad para influir en la democratización de la sociedad y la situación laboral de los trabajadores. El movimiento sindical también ha sido importante y uno de sus esfuerzos más fuerte ha sido poder desarrollar nuestros sistemas de bienestar.
Los sindicatos siempre han trabajado para fortalecer la seguridad de las personas y su poder sobre su vida laboral. Luchando contra las injusticias sociales de nuestra sociedad chilena. Así ha podido ha contribuir a que grupos amplios de la sociedad se sintieran involucrados y ser una parte de esta sociedad chilena. Que tengan una visión optimista del futuro y el desarrollo de la sociedad, incluso durante los períodos de cambio dramático cuando los nuevos empleos son reemplazados por otros nuevos o cuando gobiernos democráticos son derrocados.
En muchas partes del mundo, las decisiones políticas han dificultado el movimiento sindical, haciendo que la membresía y la conciencia sindical disminuya. Solo quedando los más convencidos. Esta tendencia es difícil de romper, teniendo como consecuencia que le facilita a los oponentes y a grandes poderes económicos de señalar al movimiento sindical como organizaciones pequeñas con intereses especiales. También sera mucho más fácil para las fuerzas políticas de tendencias populistas que prometen soluciones simples para obtener una audiencia y votos. Estas fuerzas populistas ponen a los trabajadores y a los ciudadanos vulnerables uno contra el otro, logrando una sociedad polarizada, dividida. Como en la concepción de Nicolás Maquivelo «Divide et impera».
Los éxitos de políticos populistas como el angloamericano Donald Trump de Estados Unidos tiene la intención de debilitar el movimiento sindical. Otro ejemplo es el presidente argentino Mauricio Macri que tiene la intención de debilitar el movimiento sindical y revisar los derechos de los trabajadores. Macri manifestó que los convenios logrados por el sindicato debilitan los puestos de trabajo. También pidió la renovación de la cúpula de los sindicatos teniendo la intención de debilitar el movimiento sindical. Siendo ya seis sindicatos intervenidos.
Esperemos que el Presidente de Chile, don Sebastián Piñera, tome distancias de estas malas costumbres. A diferencia del angloamericano y del che que don Sebastián Piñera se haga cargo de los abusos laborales y sociales que existen hoy contra los trabajadores de Chile. Que nos entregue garantía de igualdad de oportunidades para todos los trabajadores de este bello país Chile y no solamente para aquellos que tienen el poder económico