Un reciente estudio indicó que Padre Las Casas, Osorno y Coyhaique son las ciudades más contaminadas en Sudamérica, por lo que Jaime Sarrà L., experto en la materia, refuerza la idea de un desarrollo planificado y una construcción eficiente para hacer frente a los problemas urbanos.
Santiago, junio 2019.- Las ciudades más importantes del mundo están viviendo grandes desafíos en cuanto a infraestructura, específicamente para dar soluciones a problemas de congestión y contaminación, y Chile no es la excepción. De hecho, nueve de las diez ciudades más contaminadas en Sudamérica -a excepción de Lima- son chilenas según el reciente estudio de GreenPeace y Air Global, en donde Padre Las Casas, Osorno y Coyhaique, lideran el listado.
De acuerdo al experto en la materia, Jaime Sarrà L., Director General de la consultora NAI Sarrà, la solución más próxima es la optimización del sistema de transporte público, donde la bicicleta aparece como una opción sustentable, segura y saludable. Sin embargo, asegura que ni la infraestructura ni las políticas públicas apuntan en esa dirección.
“Uno de los problemas para los ciclistas hoy en día es la falta de infraestructura. Si realmente queremos lograr una descongestión vehicular, hay que facilitar espacios y vías para ellos. La idea es que conducir una bicicleta sea realmente un beneficio y en Chile, no lo es”, explica Sarrà.
Según un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo, actualmente la región Metropolitana cuenta con más de 400 km de ciclovías, los que representan el 10% del total de ciclovías en América Latina. Éstas unen 33 comunas de 34, sin embargo, según el Plan de Ciclovías para Santiago realizado hace 20 años, la ciudad debía construir 1.300 km, lo que deja en evidencia el poco avance desde entonces, sin contar, que existen cientos de puntos de ciclovías inconexas en la capital.
Por otro lado, no existen políticas que velen por el mantenimiento de las vías, implementación de redes eléctricas y construcción de estacionamientos adecuados. Lo último, es uno de los factores fundamentales a la hora de escoger la bicicleta como medio de transporte. En el año 2017, el Ministerio de Vivienda y Urbanismo decretó que tanto las construcciones públicas como privadas debían tener un estacionamiento de bicicletas por cada 10 de autos, sin embargo, esta medida no se está cumpliendo.
“Existe una necesidad de adecuarnos a las tendencias y a los nuevos estilos de vida, por lo que deberíamos fomentar la construcción de estacionamientos de bicicletas para los ciudadanos que optan por este medio de transporte. Pero el lugar físico no es todo. Una buena manera de cambiar la forma en que miramos el sistema de transporte público sería incluir también camarines, lockers y duchas en los espacios comunes de los subterráneos en los edificios de oficinas, para que así los usuarios puedan usar este medio de transporte para ir a sus trabajos con la comodidad que el uso de las bicicletas requiere”, dice Sarrà.
Algunas ciudades en el mundo como Giethoorn, en Holanda, ya prohibieron la utilización de vehículos motorizados. Otras como Amsterdam o Berlín fomentan y facilitan el uso de las bicicletas como una forma de disminuir la congestión, y mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. “En Alemania puedes poner hasta 7 bicicletas en el espacio de un auto a través de un sistema de palancas. Lo que demuestra que cuando los ciclistas reciben una buena prestación, incluso están dispuestos a pagar por un establecimiento que entregue el servicio de estacionamientos de bicicletas con todo lo que esto requiere”, concluye Jaime Sarrà.