Murió a los ochos años.
Malvita, así la llamaban. Es la única hija que tuvo el matrimonio de Pablo Neruda y la profesora Leonor Ruiz Martínez. Cuatro años se habían casado, y fruto de la relación, nació la hija.
Sin embargo, un reportaje de El Mundo de España confirmó que el poeta chileno decidió abandonarla tras conocer que venía con aquella enfermedad.
Si bien en un principio la deseaba con amor junto a su pareja, solo al saber que venía con una enfermedad llamada hidrocefalia decidió abandonarla. La razón es que le daba vergüenza.
Primero la ocultó: «es un ser perfectamente ridículo», llegó a decir, «una especie de punto y coma»- y después borró a la «vampiresa de tres kilos» de su vida, abandonándola para siempre.
No sólo fue la primera esposa del laureado escritor, sino que además era la madre de Malva Marina, su única descendiente.
Al verse decepcionado Neruda, le es infiel a su esposa y se va a vivir con su amante. En 1936 el poeta abandona definitivamente a su mujer, dejándolas sin dinero para sobrevivir en Montecarlo, ciudad a la que llegan huyendo de la Guerra Civil.
Maruca cruza toda Francia con su niña enferma hasta llegar a Holanda, donde se instala en la ciudad de Gouda. Madre e hija pasan hambre y penurias. Maruca vive en pensiones y trabaja en lo que encuentra mientras a su niña la deja al cuidado de una familia cristiana. Suplica a Neruda que le mande dinero para poder darle de comer a su hija: «Mi último centavo lo gastaré en enviar esta carta».
