“No estamos de gusto, estamos de agrado”: Olla común “Ramona Medina”, La Faena Histórica, Peñalolén

Lunes, 24 de agosto de 2020 a las 21:34

Por Fundación Audiovisual Nativa

Fotografías: Óscar Moscoso, colaborador Fundación Audiovisual Nativa

Como si fuese un viaje en el tiempo, la actual crisis económica producto de la pandemia ha traído imágenes que hubiésemos deseamos nunca volver a ver; la organización vecinal y ciudadana en torno a las “ollas comunes”, para muchos el único sustento diario de alimentación durante estos días de pandemia y confinamiento. 

Símbolo, por una parte, del hambre y la carencia que rondan nuevamente en el país, y por otro, una clara señal de que el ser humano no es un ente individualista, sino un ser capaz de movilizarse por los otros. 

En abril de este año integrantes de la junta de vecinos “La Faena Histórica” organizaron y levantaron la olla común “Ramona Medina”, como ellos mismos la nombraron en honor a la luchadora social argentina, fallecida el pasado mayo consecuencia del contagio con Covid-19. La olla común Ramona Medina permite hoy repartir aproximadamente 220 raciones de comida al día, lo que resulta un aporte muy significativo para las familias y vecinos de La Faena.

Ximena León, se levanta cada día para estar a las nueve de la mañana en la cocina de la sede vecinal ubicada en Calle 61 #1445, La Faena, Peñalolén, inicia la preparación de los alimentos sintiendo que de esa manera está aportando su granito de arena. “La Sra. Xime vive con su mamá de casi 80 años, y a pesar de que existe el miedo de poder contagiarse de Covid, es de las primeras que se pone el delantal para preparar los alimentos. La semana pasada falleció su suegra, y a pesar de la pena que tenía, vino igual a ayudarnos un ratito. No nos falla nunca, ese es el compromiso que tenemos con nuestros vecinos”, comenta Claudio Caru uno de sus compañeros de labores, quien a consecuencia de la crisis se quedó sin trabajo, un padre soltero a cargo de su casa y el cuidado de sus dos hijos. Gracias a su previa experiencia laboral como maestro de cocina, Claudio se ha convertido también en uno de los pilares fundamentales de la olla, proyectando al resto del equipo su conocimiento y energía día a día.

Al igual que ellos, son muchos los vecinos que pese a la situación adversa han querido aportar en la construcción de este espacio: Rosa Espinoza, Adela Rojas, Marina Pacheco, Marina Huenchuñir y Nicol Uribe como ayudantes de cocina y encargadas de entregar cariño diariamente a las comidas. Y Anyela Sáez, como administradora y encargada de la logística en la olla. Son los mismos vecinos quienes ayudan a sus vecinos, un trabajo colaborativo, comunitario, una respuesta a un sistema que los obliga a organizarse para poder llevar el alimento a cada hogar. 

Julio Manceau, Presidente de la Junta de Vecinos, comenta que, gracias al compromiso y aportes de los mismos beneficiarios de la olla, la iniciativa ha podido funcionar diariamente tratando de suplir la falta de alimentos y la poca ayuda por parte de las autoridades, incluso teniendo que poner los mismos vecinos dinero de su bolsillo para poder comprar los alimentos que faltan. ”La olla común es una respuesta al sistema. No estamos de gusto, pero estamos de agrado (...). Aquí el pueblo ayuda al pueblo”.

La lucha es diaria y los recursos escasean constantemente, la ayuda siempre es bienvenida para este grupo de vecinos organizados en torno a una olla común, a un plato de comida y al alimento que llena los corazones de dignidad y solidaridad.

Cuentas de aportes:

Cuenta Rut 9393245-5 (Marina Pacheco Barrientos). 

Teléfono:+56 9 5820 7302

o escribiendo al correo electrónico [email protected].

https://www.youtube.com/watch?v=8LC_A2o39IM&feature=emb_title
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