Las palabras de Warnken no pasaron desapercibidas.
La galleta de la empresa Nestlé, «Negrita», pasará a llamarse «Chokita» y eso provocó la burla de Cristián Warnken en estas horas. La idea de la compañía fue gracias a una evaluación de «conceptos que pudieran considerarse inapropiados a la luz de la mayor conciencia sobre las marcas y su lenguaje visual respecto del uso de estereotipos o representaciones culturales».
Cristián Warnken, profesor de literatura, poeta y columnista en El Mercurio, no se guardó nada por el cambio de nombre de la galleta, dejando polémicas palabras al respecto. «Evidentemente que la decisión está dentro de lo que se llama una guerra cultural», partió diciendo en entrevista con Ex-Ante, «en el sentido de que se ha trasladado un poco a nivel del uso cotidiano del lenguaje y a nivel del intercambio político», aseveró.
Siendo de esa manera, también dijo que «una suerte de neo lengua, para usar la expresión que usa (George) Orwell en su novela 1984. En ese caso la neo lengua es una lengua que se crea para producir cambios en el pensamiento y controlar el pensamiento desde una mirada autoritaria. Que aquí no hay un estado totalitario".
No se quedó callado
"Sí siento que hay una pulsión totalitaria latiendo en ciertos ambientes culturales, particularmente universitarios y que diría que son bien de élite y que han logrado salir un poco de la academia y entrar en la política, y en Chile han logrado espacios importantes de expresión, de presencia y de poder", añadió Warnken.
"La sensación que tengo es que estas transnacionales o grandes empresas, que parece que arrastran muchas culpas, y probablemente están llenos de asesores, probablemente contratados desde la academia, toman decisiones que rozan el ridículo y que no evalúan el efecto que pueden tener en el lugar donde se consume esa galleta, que yo consumía cuando niño", expuso sobre Negrita.
Para cerrar, Cristián Warnken aportó: "Lo que quiero decir es que todas estas batallas, que vienen desde un sector muy de élite y muy académico y muy teórico, violentan la realidad cotidiana, violentan el sentido común, y nos llevan a situaciones casi de absurdo, y ahí es donde el humor es la única arma que yo veo de resistencia potente contra eso".