El ex secretario de Estado se fue en picada en contra del diputado.
Gerardo Varela, ex ministro de Educación del segundo periodo del presidente Sebastián Piñera, criticó con todo al candidato presidencial del Frente Amplio (FA), Gabriel Boric.
Y es que tras ganar en las primarias de Apruebo dignidad, el magallánico 35 años pasó a la papeleta de noviembre. Ante este escenario, el ex titular del Mineduc publicó una carta en el diario El Mercurio para cuestionar al joven candidato.
«Fueron jóvenes (Miguel Kast, Hernán Büchi, etc.) los que sentaron las bases de nuestro desarrollo. Tenían algunas diferencias con don Gabriel eso sí. Todos habían terminado sus carreras profesionales, incluyendo posgrados, sometiéndoselos a niveles de exigencia intelectual de primer mundo», partió Varela en su texto.
«Eran jóvenes con vidas de adultos que primero se formaron personal y profesionalmente y después se dedicaron al servicio público. El joven candidato pasó por la universidad entre paros y asambleas, no ha terminado su carrera, de la mesada paterna saltó a la parlamentaria«, lanzó.
«No ha asumido responsabilidades de adulto pero quiere ser presidente. Él nos pide que no le tengamos miedo a la juventud. Pero no es la juventud la que quiere presidir el país, sino él, un adulto que a veces razona y se comporta como adolescente», agregó.
Luego, Varela señaló que los jóvenes «creen que las cosas siempre van a salir bien, sin imponderables ni imprevistos».
«El FA es un grupo de jóvenes con ideas viejas. Su aporte más novedoso es pésimo: el lenguaje inclusivo es tedioso, dificulta comunicarnos y hace imposible la poesía o literatura«, disparó, refiriéndose al lenguaje no binario con el uso de la E.
Al concluir, el ex ministro expuso que «nadie le teme a la juventud, sino que a la ignorancia disimulada de elocuencia, a la intolerancia camuflada de empatía y a la frivolidad disfrazada de novedad«.
Recordemos que Varela fue el secretario de Estado que dijo en 2018 que los colegios con mala infraestructura deberían hacer «bingos» y que sus hijos necesitaban más de tres condones porque «son unos campeones», esto cuando se negaba a poner dispensadores de preservativos en establecimientos educacionales.
