Karen Bejarano estuvo como invitada en el programa Podemos Hablar de Chilevisión, donde se refirió a los abusos que sufrió cuando era niña.
La ex chica Mekano reveló que fue víctima de abuso sexual, psicológico y físico desde los 9 a los 14 años: «Era una persona muy cercana, por ende el miedo de hablar de esta situación era evidente. Yo me callé, porque me daba miedo, me daba mucha vergüenza también hablar del tema. Y no sentía que hubiese alguien a quien yo pudiese contarle lo que me estaba pasando en ese momento. Nadie».
Años después entró a la televisión, conoció a su marido, Juan Pedro Verdier, y antes de casarse decidió contarle a su mamá: «Sentía que estaba viviendo dentro de una mentira. Como que mi historia no estaba clara en un 100%. Mi mamá me dijo que me tenía que callar, sino mi marido podía tener una reacción, tomar represalias y yo me quedaría sin esposo y mis hijos sin papá. Entonces, los miedos que tenía de antes se hicieron realidad. Y me callé«.
«Uno cree que lo puede superar, pero no es verdad. Es un autoengaño», expuso, agregando que en el año 2021 «me vino una crisis de pánico donde yo conté absolutamente todo lo que me había pasado. No sé muy bien cómo ni por qué, pero comencé a vomitar información».
El abandono de su mamá
Producto de esa crisis, Karen Bejarano estuvo hospitalizada dos meses: «Por lo menos me sirvió para empezar a tratar esto que venía agobiándome durante tantos años en mi vida y no me había atrevido a contarlo. Mi marido se portó un siete, mi hijo también, lejos de la reacción que mi mamá dijo que podía tener. Fue todo lo contrario«.
«Lamentablemente no tuve el apoyo, en ese momento, que yo esperaba. Mi mamá, lejos de contenerme, comenzó a reprenderme. Cuando salí de la internación yo pensé que mi mamá se iba a quedar conmigo, pero lamentablemente no fue así«, añadió.
La influencer confesó que antes de salir de la clínica, le manifestó a los especialistas que su mayor miedo era que su madre no se quedara a su lado: «Decidió irse y seguir en contacto con la persona que me hizo todo ese daño a mí».
A pesar de que su progenitora dijo creerle y le pidió perdón por supuestamente no darse cuenta de lo que estaba ocurriendo, finalmente demostró todo lo contrario: «Fue otro trauma que tuve que tratar».
«Es mejor hablarlo»
«Ahora me siento capaz de hablar de esto, con esta tranquilidad, porque siento que es de ayuda para muchas mujeres, niñas, niños o hombres que les pueda estar pasando. Porque no es fácil vivir con esta culpa que uno se autoimpone. Yo me sentía culpable de lo que me había sucedido, y así uno no se atreve a hablar del tema, por el miedo al juicio, por la vergüenza, por lo que va a pasar… Pero siempre hay gente que te va a creer, que te va a apoyar, que te va a escuchar. Y siempre es mejor hablarlo porque uno se saca un peso tan grande de encima», recalcó Karen Bejarano.
Concluyendo que «de ese trauma tan grande, de ese dolor tan angustiante, tan tremendo, yo pude salir, me pude reencontrar conmigo. Aprendí a quererme, a respetarme, a no cuestionarme y ser capaz de entender que la salud mental es lo más importante«.