Universidad de Chile atraviesa un marcado periodo de contrastes, con realidades opuestas en el ámbito local e internacional que mantienen a sus seguidores en la incertidumbre. Mientras que en la Liga de Primera 2025 el equipo de Gustavo Álvarez ha caído en una racha de resultados desfavorables que lo alejan del líder Coquimbo Unido, a nivel internacional el club vive un momento histórico, habiendo alcanzado las semifinales de la Copa Sudamericana, donde se medirá con Lanús.
En medio de esta irregularidad, gran parte de las esperanzas de la hinchada se centran en el rendimiento individual y la conexión de la dupla creativa del equipo: Lucas Assadi y Javier Altamirano. A pesar del notorio declive en el funcionamiento colectivo del plantel, la química y el entendimiento entre ambos volantes se mantienen como el principal y más potente argumento ofensivo del cuadro universitario.
En un reflejo del ambiente interno del camarín, un gesto extrafutbolístico de la dupla se convirtió en una señal de unidad para los seguidores. En la antesala de un crucial partido contra Deportes La Serena, momento en que el equipo necesitaba un impulso moral, Lucas Assadi compartió en sus redes sociales un particular obsequio recibido de su socio en la cancha: unos llamativos bóxers con diseños del popular anime japonés “Naruto”.
Javier Altamirano y Lucas Assadi, las dos joyas de la U
Assadi hizo pública su gratitud, sellando el momento con un beso en la mejilla de un sonriente Javier Altamirano. “Oye, yo quiero darles las gracias a Altamirano porque me compró unos bóxer de Naruto. Gracias”, dijo el joven volante azul. Por su parte, el ex Estudiantes de La Plata complementó la revelación con un detalle sobre la utilidad del regalo. “Y no son de algodón, son térmicos para los partidos”, aclaró Altamirano.
Este gesto, aparentemente trivial, ha sido interpretado por los hinchas como una clara evidencia de la inquebrantable amistad y la buena química que existe entre los dos pilares creativos de la U. En un momento de adversidad deportiva, la camaradería de Assadi y Javier Altamirano se presenta como un símbolo de unidad, sobre el cual el equipo espera construir su anhelada recuperación en el torneo local y afrontar con éxito las históricas semifinales de la Copa Sudamericana.