Marcelo Jorquera, actual jugador de Deportes Iquique, y su familia vivieron un lamentable episodio de violencia en un partido de básquetbol infantil en el gimnasio de la UNAP. La esposa del futbolista, Camila Ruiz, hizo una denuncia pública en sus redes sociales, relatando la agresión que sufrieron a manos de un furioso barrista del equipo, en un ambiente completamente familiar.
Según la denuncia de Ruiz, el incidente ocurrió mientras veían el partido de su hija, de 9 años. “Veíamos un partido de básquet de niños de 9 a 11 años en el que juega mi hija, en un ambiente completamente familiar", relató. De la nada, un hincha de Deportes Iquique apareció y comenzó a increpar a Jorquera. "De la nada aparece este tipo y comienza a gritar contra mi esposo diciéndole de todo (relacionado al fútbol), incluso amenazándolo de muerte e intentando agredirlo físicamente tirando manotazos”, denunció Camila.
La mujer de Jorquera entregó más detalles del triste hecho. El barrista, que "estaba fuera de sus casillas", no le importó que hubiera niños presentes, y los insultos y amenazas intimidaron a su hija de 4 años y a la hija de sus amigos, de 3 años. “No le importó el lugar ni que estuviéramos en un ambiente familiar, diciendo que no podíamos estar en ese lugar por el momento que está pasando Deportes Iquique”, lamentó Ruiz. El equipo se encuentra en el último lugar de la tabla de posiciones.
Realizaron la denuncia tras el ataque
La agresión verbal no se detuvo ahí. El hincha, que se mantuvo violento, incluso amenazó al futbolista con consecuencias posteriores, según el testimonio de su esposa. “El tipo comenzó a hacer llamados telefónicos diciéndonos que vendría con más personas a pegarle a mi esposo”, aseguró Ruiz. La brutalidad de la situación obligó a que el partido de básquetbol infantil fuera detenido, y los niños, asustados, no comprendían lo que estaba sucediendo.
La denuncia de Camila Ruiz ha puesto en el foco el problema de la violencia en el deporte y cómo esta puede afectar a la vida personal de los deportistas y a sus familias, incluso en espacios completamente ajenos al fútbol. El lamentable incidente subraya la necesidad de un ambiente deportivo más seguro para todos.