Tras cumplir solo una porción de su pena, Mauricio Ortega, condenado por uno de los casos de violencia de género más impactantes del país, ha conseguido el beneficio de la libertad condicional. La decisión fue tomada por la Comisión de Libertades Condicionales de la Corte de Apelaciones de Coyhaique, luego de revisar la solicitud del beneficio presentada por 35 internos de la jurisdicción. Ortega había sido sentenciado en julio de 2017 a 18 años de presidio por el atroz ataque contra quien fuera su expareja, Nabila Rifo.
El brutal crimen ocurrió el 14 de mayo de 2016 en Coyhaique. Tras una discusión motivada por la decisión de Nabila Rifo de terminar la relación, Ortega la agredió salvajemente, golpeándola y arrancándole sus globos oculares. A pesar de la gravedad de los hechos, que llevaron a su condena, el Gobierno ya ha anunciado que apelará a la decisión del tribunal. Las autoridades han manifestado que buscan que "se cumplan los años restantes de condena donde se debe y hemos solicitado medidas de protección" para la víctima.
A lo largo del proceso judicial, Mauricio Ortega juró inocencia e incluso ofreció una entrevista en televisión para negar cualquier agresión física hacia Rifo. Sin embargo, su condena se basó en el impactante testimonio de Nabila Rifo y en las evidentes contradicciones en las que incurrió el propio agresor. En el juicio, por ejemplo, Ortega se refirió a un incidente previo en el que entró a la casa que compartía con Rifo rompiendo una puerta con un hacha, aunque luego intentó retractarse, señalando que se había "confundido de palabras" o que en realidad estaba solo "molesto".
Nabila Rifo y su brutal caso
En marzo de 2017, Nabila Rifo se presentó ante el tribunal y solicitó que el juicio se transmitiera en vivo para que "todo el mundo pudiera conocer la verdad". En su declaración, la mujer relató que Ortega comenzó a manifestar un comportamiento violento, volviéndose agresivo al beber alcohol y llegando al extremo de destrozar la puerta de la casa con un hacha, sin importarle la presencia de sus hijos. Rifo lo describió como una persona "frío, calculador" que la "humillaba", diciéndole que era "una maraca, una puta, porque trabajaba en restaurantes".
La noche de la agresión fatal, según el testimonio de Rifo, el ataque se desencadenó después de una reunión de amigos, cuando Ortega perdió el control tras beber alcohol y comenzó a insultarla. La víctima huyó con destino a casa de su madre, pero él la siguió, pidiéndole que conversaran. Nabila Rifo concluyó su relato con la descripción del momento culminante: "En eso siento que Mauricio me pega en la cabeza con una piedra muy grande. Con el golpe caí al pasto y él me siguió pegando. Me hice la muerta para que no me siguiera pegando, de ahí perdí la consciencia y no recuerdo nada más".