Una fuerte controversia se desató en la opinión pública luego de que se viralizaran en redes sociales imágenes de una fiesta clandestina organizada por reclusos al interior del penal Santiago 1. Los registros mostraban a los internos del módulo 35 en un ambiente sumamente relajado, celebrando con asados, cerveza, whisky y música, transformando el sector en un improvisado centro de eventos, en una actividad completamente prohibida por la normativa penitenciaria.
La difusión de las imágenes encendió las alarmas de las autoridades y motivó una respuesta inmediata. Personal de Gendarmería lideró un operativo de registro y allanamiento que se llevó a cabo pasadas las 21:00 horas. Según informó la institución mediante un comunicado oficial, una fuerza de 12 funcionarios ingresó al módulo 35, sorprendiendo a 23 internos que participaban activamente de la celebración prohibida en Santiago 1.
Como medida inicial, los presos involucrados fueron aislados de inmediato del resto de la población penal. Paralelamente, Gendarmería se abocó a la tarea de determinar cómo los elementos y sustancias prohibidas lograron ingresar al recinto. El director nacional de la institución, Rubén Pérez, detalló que se manejan tres hipótesis principales para explicar el insólito hecho.
Enorme polémica en Santiago 1
Pérez especificó las posibles vías de ingreso de los elementos ilícitos a Santiago 1: "Una de ellas es el 'pelotazo', otra vía es falta o deficiencia en los controles de visita y otra vía probable de ingreso de elementos y sustancias prohibidas es la circulación de funcionarios desde y hacia el interior del establecimiento", detalló el mandamás de Gendarmería, sin descartar una posible responsabilidad de su propio personal.
Al ser consultado sobre cómo pudo ocurrir una fiesta de estas características sin supervisión, el director nacional de Gendarmería aludió a la crítica escasez de personal. Pérez reveló una cifra alarmante sobre la ratio de seguridad: "no quiero que sea tomado como que estamos eximiendo a priori al personal, pero ustedes entenderán que la relación gendarme-preso en esta unidad penal, es 85 reclusos por cada gendarme. En este caso, reitero, 569 internos para dos custodios". Si bien calificó el hecho como "irregular", añadió que, desde el punto de vista sanitario, era "poco recomendable".