El ganador del Premio Nacional de Educación 2017 recomienda convencer a los más jóvenes de que la educación es más que transmisión de conocimientos y a los más viejos de que aprender es un proceso largo.
Desde mucho antes de que en los medios se comenzaran a tratar con urgencia temas como el bullying, la identidad de género o los derechos humanos, el profesor Abraham Magendzo Kolstrein (1934) ya en los años 70 advertía que la convivencia escolar iba a ser un asunto serio si no se trabajaba a largo plazo con los estudiantes de enseñanza primaria.
Casi medio siglo después, el Ministerio de Educación reconoció una labor educativa marcada también por su contribución en beneficio de la cultura y la dignidad de la función docente. “Creo que este tipo de reconocimientos son muy bienvenidos, sin embargo son resultado del trabajo que una persona hace, no de la búsqueda de un premio. Detrás tiene que haber pasión por la educación y un permanente interés de hacer cosas novedosas en la formación ciudadana, del currículum o los derechos humanos. Es claro que uno ha acumulado conocimiento y que una distinción de esta categoría representa ese recorrido, pero también representa un cariño y eso para mí es una gran cosa. Lo agradezco mucho”, dijo el octogenario maestro de la UAHC al enterarse del galardón, considerado por el jurado del premio como «un innovador en aspectos clave del debate educativo actual«.
Respecto de la naturaleza del bullying, el académico plantea que los estudios chilenos acreditan que uno de los factores que más influyen en el maltrato escolar entre pares, es la falta de empatía por parte del intimidador, pero también de los espectadores de este tipo de abusos. “Es necesario trabajar esto desde la educación inicial. Actualmente en las pruebas más relevantes para la educación en Chile como la PSU, el Simce o PISA no se considera la formación ética y ciudadana. Únicamente se pone como norte la matemática, las ciencias o algo de historia. Si no se evalúa la formación ciudadana jamás habrá calidad en la educación”, cree.
Magendzo reconoce una triste deuda en ese sentido, pese a que es una carencia muy presente en nuestra sociedad pero que suele ser invisibilizada por el cotidiano. “Sin desmerecer otras materias del currículum escolar, la formación ciudadana sigue siendo un tremendo desafío para el sistema educativo. Es cosa de ver lo que pasa en nuestro país con la crisis y corrupción de las autoridades, los carabineros, la iglesia o los partidos políticos. Si te fijas, se trata de personas que se formaron en su totalidad en nuestro sistema educativo”, advierte. “Como dijo mi amigo Iván Núñez, el Premio nacional de Educación Anterior: “los torturadores de la dictadura también se educaron en escuelas chilenas”.
-¿Qué otros aspectos de la educación falta por reconocer?
-El reconocimiento más importante que falta por hacer, creo que es entender que la educación es un proceso largo. Desgraciadamente la gente que lleva mucho tiempo en educación piensa que la educación es como llevar una empresa que fabrica colchones. Algo inmediatista, pero no. Es algo que consiste en un trayecto a largo plazo y esa es la comprensión que debería favorecerse en medio de tanta discusión”
-En momentos en que se debate una reforma, temas de género y de clima laboral, ¿Qué otras urgencias reconoce en materia educativa?
-Como cosa urgente o prioritaria creo que falta formar a los profesores que están insertos en el sistema, pero también a los nuevos profesores. Sin embargo lo principal es que hay que abrirles el mate a los profesores más jóvenes para integrar en ellos que la educación es mucho más que sólo la transmisión de conocimientos. Si bien esto es algo importante, lo fundamental es formar a las personas.