Conozca la historia de superación y triunfo del compositor, cantante y productor musical Thiago Lyra, un inmigrante brasileño que dejo todo para construir una carrera musical desde el cero en nuestro país a partir de las micros del Transantiago. Llega a Chile la primera edición del renombrado festival de origen argentina, el Cosquin Rock. El festival será realizado entre los días 6 y 7 de octubre en el Movistar Arena y en su afiche entre tantos nombres consagrados de la música como Los Autenticos Decadentes, Ska P, Cypress Hill & Mix Master Mike, Molotov, Anita Tijoux, Chico Trujillo y otros grandes que marcarán presencia en este grande evento, figura el nombre de un artista (aún) desconocido para la mayoría del público: Thiago Lyra. ¿Quién es él? ¿Cómo llegó ahí? La respuesta para estas preguntas resulta ser un emocionante relato de superación. Thiago Lyra nació en São Gonçalo, en la pobre y violenta periferia de la región metropolitana de Río de Janeiro, región donde vivió hasta fines de 2010, año en que llega, en búsqueda de una vida mejor, a radicarse en Santiago de Chile, donde vive actualmente. Aunque de oriundo de una familia de una situación socioeconómica difícil y estudiante toda la vida de escuelas públicas, llegó a los estudios superiores en filosofía en una universidad estadual, economía en una universidad federal y, actualmente, por puro gusto a los estudios, desarrolla una permanente investigación autónoma en ingeniería social. Se auto define profesionalmente como un "creativo universal", dado que además de aplicar su creatividad en la música como compositor, intérprete y productor musical, también lo hace en la literatura, el dibujo, la pintura, la fotografía, la actuación y el audiovisual, trabajando en el desarrollo, gestión y ejecución de distintos proyectos comunicacionales y consultorías estratégicas para organizaciones sociales, instituciones educacionales, negocios, producciones culturales y campañas políticas. La música siempre estuvo presente en su vida, influenciado por su padre, un vendedor autónomo que también era un guitarrista y bajista aficionado que tocaba en la banda de su iglesia, y por su madre, una empleada doméstica a quién le apasiona cantar mientras realiza las tareas del hogar y de quién aprendió que uno puede crear sus propias canciones. Empezó a cantar en la iglesia a los 4 años, luego de aprender tardíamente a hablar. A los 12 años compuso su primera canción dedicada a la niña del colegio que le gustaba. A los 14 años empezó a estudiar guitarra de manera autodidacta al darse cuenta de que esta era la única manera de que sus composiciones quedasen exactamente como las quería. Compraba revistas baratas que le enseñaban a tocar sus canciones favoritas, aprendía nuevos acordes y trucos de sus amigos del barrio y del colegio y practicaba en los momentos libres en el depósito de reciclaje de metales donde trabajaba cargando y descargando camiones bajo el castigante sol de 40 grados de Rio de Janeiro. Durante su adolescencia e inicio de su juventud aprendió percusión afrobrasileña en las ruedas de capoeira y en los templos de umbanda, religión fundada en Brasil que mezcla elementos de las creencias católicas, africanas, indígenas y populares existentes en el país. En estos años, también participó de distintas bandas locales, teniendo sus primeras experiencias en escenarios y estudios de grabación. Al llegar a Chile empezó a estudiar cavaquinho de manera autodidacta, un instrumento portugués que dió origen al ukelele, por este ofrecer una comodidad mayor que la guitarra, por su tamaño reducido, para moverse y tocar en las micros de Santiago, donde sin darse cuenta inició su carrera musical viviendo de los aportes recibidos de los pasajeros. Al principio lo hacía apenas para divertirse y conocer la ciudad y su gente mientras vacacionaba, pero al ver el impacto que causaba con su música en las calles santiaguinas y recibiendo el aliento de la misma gente a tomarse en serio como artista, abrazó de cuerpo y alma esta nueva posibilidad en su vida, dejando atrás en definitivo su tierra natal, familia, amigos, estudios universitarios y un trabajo estable. Una valiente y arriesgada decisión que el tiempo fue confirmando como la acertada: de a poco fue alcanzando progresivamente el reconocimiento del público, actuaciones en escenarios más prestigiosos y el interés de la prensa nacional y extranjera, en paralelo a la construcción de una gran red de apoyo a su carrera musical y a la consolidación de un equipo de trabajo cada vez más estable y eficiente. En el verano de 2016, lanzó su primer single oficial "MIRA MINA" por el sello fonográfico Cactus Music Business, compania fundada y dirigida por el productor ejecutivo Diego Monje, dando inicio a la etapa profesional de su carrera como solista y a su presencia en la industria musical independiente chilena, tras cinco años tocando en las micros de Santiago y lanzando producciones auto gestionadas, destacándose con su composición "BAJO LAS ESTRELLAS", tiempo de los cuales tres años también participó como vocalista en Ahinko, banda de reggae que co-fundó, lanzando dos EPs y dos singles sueltos que fueron sus primeros trabajos junto a Cactus Music: una reedición de "BAJO LAS ESTRELLAS" y "144.000". Su discografía solista cuenta con un disco ("CON AMOR PARA MIS AMORES VOL.1"), que según el artista representó la experiencia de descubrimiento de su identidad musical actual, y también un single suelto ("PIRANHA"), que se encuentran disponibles en las diversas plataformas de distribución digital de música. Desde entonces viene marcando presencia en importantes escenarios del país junto a los "meninos" de su "Dream Band" mientras prepara con ellos su próximo álbum y la internacionalización de su ascendente carrera sin dejar de lado otras iniciativas musicales paralelas y colaboraciones junto a otros artistas, como el rapper y productor ejecutivo Roots Moe, con quién obtuvo su primer millón de reproducciones en YouTube con la producción "BLACKBLACK - CONEXIÓN DE BARRIOS" y como el legendário grupo del folclor chileno, Santiago del Nuevo Extremo, con quién grabó una versión en portugués de “A MI CIUDAD”. Entre sus principales influencias musicales se pueden destacar a las bandas brasileñas Exaltasamba y Os Travessos en el samba (en verdad estos grupos son del estilo "pagode", una variante más melódica y romántica del samba), a Natiruts y Ponto de Equilíbrio en el reggae, y a O Rappa y Los Hermanos, que fusionan distintos estilos. De los grandes maestros de la música tiene por referencia a Bob Marley en el reggae, a Cartola y Zeca Pagodinho en el samba, a Caetano Veloso en la Bossa Nova y a Renato Russo, Cazuza y Cássia Eller en el rock. En cuanto a su influencia rap se queda con los mismos chicos que conoció cantando por las calles a lo largo de su vida. La mezcla de estas influencias tan diversas serán vista en el escenario del Cosquin Rock, donde Thiago Lyra entregará al público del festival un show con líricas propias, en su mayoría castellano y, también en su idioma nativo, el portugués, que hablan de paz, amor y esperanza, con sonidos alegres que promete transportar su audiencia hacia la playa en una invitación sutil a bailar suave y a disfrutar de un ambiente veraniego aunque sea primavera. Su música playera resulta ser un armonioso encuentro entre el samba de Rio de Janeiro y el reggae de Kingston, ambos con un novedoso toque de rap, bossa nova y otras influencias de la música latinoamericana. Thiago Lyra se presentará en el segundo día del festival, 7 de octubre, a las 15h45 en el escenario “La Casita del Blues”.