El Comité Church, fue una comisión del senado de EE.UU que investigó las sospechas existentes sobre las acciones y operaciones de los servicios de inteligencia y de seguridad (CIA, particularmente). La investigación de este Comité se centró, en lo que respecta a Chile, en las actividades encubiertas de la CIA que tuvieron lugar entre 1963 a 1973, con apoyo a sectores derechistas y democratacristianos para frenar, en definitiva, el avance arrollador de la izquierda de talante marxista que llevó al Presidente Allende a la primera magistratura del país. Luego, pensar que el 11 de septiembre fue algo espontáneo es ridículo a la luz del mentado Informe. Sin embargo, el quiebre institucional también tiene otra matriz, pues fue producto de un proceso de aceptación y normalización de una serie de conductas que a todas luces hoy nos parecen absolutamente reprochables y difíciles de creer, pero que lamentablemente esa sociedad enferma las aceptó; a saber: -En 1967 el Congreso del Partido Socialista de Chillán acordó como legítima la vía armada para obtener el poder. -Patria y Libertad asesinó al Comandante en Jefe del Ejército René Schneider, a fin de evitar que asumiera el Presidente electo Salvador Allende. -Un grupo terrorista de izquierda, la Vanguardia Organizada del Pueblo, asesinó al exministro Pérez Zujovic. -La CIA financiaba a El Mercurio para sistemáticamente boicotear al gobierno de la época. -Altamirano, secretario general del Partido Socialista, decía tener a miles de personas armadas para defender al gobierno. -El MIR cometía diversos delitos, a sangre y fuego, para financiar la difusión de sus ideas. -Fidel Castro le regalaba un fusil de guerra a nuestro Presidente de la República. -Allende tenía un grupo paramilitar armado inconstitucional a cargo de su seguridad. -El Presidente de la República tenía a generarles de las diversas FF.AA en su gabinete. -Medios de comunicación de izquierda dudaban públicamente de la virilidad de un líder de derecha. -El empresariado, financiado por la CIA, acaparaba alimentos y promovía huelgas de gremios estratégicos, como la de los camioneros. Todo este tipo de cosas ocurrían en la agitada década de 1970, previo al Golpe Militar, en una sociedad enferma y radicalizada en donde los "ultras" hicieron ver normales cosas que a todas luces son absolutamente anormales. Lamentablemente hay cuestiones que en el último tiempo los "nuevos ultras" están queriendo normalizar; a saber: -El diputado Urrutia con una serie de declaraciones oligofrénicas y desafortunadas. -La diputada Camila Flores con declaraciones al borde de la ignorancia. -Los diputados Boric y Orsini reuniéndose con un prófugo de la justicia. -Boric, tras aquella reunión, se disculpa públicamente; Orsini hace del mutismo su credo. -Boric aceptando una polera que alude al asesinato de un senador durante el gobierno de Patricio Aylwin. Cuando es descubierto se deshace en torpes disculpas. -La "honorable" diputada Santibáñez ensalzando el asesinato del senador Guzmán y calificando a éste de "perro". Sus declaraciones incitan al odio, encono y división extrema de los chilenos. Santibáñez, ya no estás en un reality farandulero junto al concejal UDI Gabriel Mendoza en donde usaban cualquier artimaña y estrategia inmoral y antiética para lograr el triunfo ante los rivales. La política es de adversarios a los cuales se les debe ganar en base a las ideas. Santibáñez date cuenta que no estás en una reunión de asesinos o de delincuentes de una barra brava, estás en una institución en la cual se decide el futuro de los chilenos. Al igual que Boric, cuando las inmorales y desafortunadas declaraciones de Santibáñez aparecieron públicamente, ofreció disculpas y curiosamente se escudó en una licencia médica, demostrando con esto su nulo temple. Al parecer las convicciones de la izquierda moderna chilena, de los Boric, Orsini y Santibáñez, es estar a favor de la violencia y para engañar a los incautos, tal cobardes e hipócritas, ofrecen disculpas y se restan por un tiempo determinado de figurar de manera grandilocuente en los medios. Ese es un modo de actuar cínico y cobarde. Necesitamos menos ultras que luego de ser descubiertos se escondan. Si creen en la violencia, como sus subrepticias actuaciones lo han demostrado, que lo digan de cara al país. Los chilenos no queremos cínicos e hipócritas en el Congreso; necesitamos autoridades sinceras e inteligentes con una clara visión de futuro. Obviamente los tres diputados anteriores no son lo que requerimos.