Un completo reportaje de Chilevisión confirman que uno de los fallecidos en el incendio de la bodega Kayser tenía una herida de bala en uno de sus pies. De esta forma, la teoría sobre un posible asesinato por parte de un militar para luego tirar el cuerpo al fuego, comienza a tomar forma.
El cuerpo correspondía a la última de las cinco víctimas fatales cuyo nombre es Luis Antonio Salas Martínez (47). Su misma familia denunció el hecho en el reportaje a cargo del periodista Alejandro Vega.
Según declaró José Salas, el hermano de la víctima fatal: “Luis Antonio tiene un impacto de bala en el pie, una fractura en el pie también, un hematoma de 30 gramos en la cabeza y unas costillas fracturadas”.
Otro de los testimonios del citado reportaje fue María Román, viuda de Manuel Muga, quien asegura que su marido no cometió ningún ilícito: “Él no es saqueador, no es un ladrón. Jamás le ha robado un peso a nadie, no tiene cuenta en ninguna tienda, no le debe un peso a nadie. Él llegaba, se pagaba su sueldo cerradito, yo disponía de la plata, de todo eso, él jamás tomó un lápiz que no fuera de él, en ningún trabajo. Era intachable”.
Según la autopsia de la víctima, indica que se registra “una lesión balística reciente con proyectil único retenido en el pie izquierdo, lesión que debió limitar el desplazamiento del afectado”. Además, consigna que “no es posible descartar la actuación violenta de terceros sobre este cuerpo atendido el daño de la capa cutánea”.
Las familias de dos de los cinco fallecidos, Manuel Muga y Andrés Ponce, se querellaron por los delitos de homicidio calificado y obstrucción a la investigación.