Ocho personas fueron detenidas luego de que incidentes violentos ocurridos en el estadio Monumental en Santiago el pasado fin de semana, los que obligaron a la suspensión del partido entre el Colo Colo y Universidad Católica. Ahora, han tomado una fuerte decisión para con los que se sobrepasen.
El cotejo fue suspendido al minuto 71, cuando los Cruzados de la UC se imponían al Cacique 2 a 0. Hasta el momento, la Asociación Nacional de Fútbol Profesional de Chile no ha anunciado si el partido se dará por terminado o si se jugará en una nueva fecha, pero lo que sí se sabe es la actitud que tomaron desde el cuadro que perdió.
Objetos pirotécnicos fueron lanzados a la cancha desde las tribunas, causando lesiones leves al jugador argentino del Colo Colo, Nicolás Blandi. La organización del clásico chileno estaba a cargo del club albo, por lo que el vicepresidente del equipo, Harold Mayne-Nicholls, reconoció en una rueda de prensa que hubo una falla en los controles de seguridad y que eso no puede pasar nuevamente.
«Vamos a hacernos parte y tratar de identificar a todos los que estuvieron involucrados y ojalá nunca más vuelvan al estadio, no los queremos aquí», fue lo que expresó en su momento Mayne-Nicholls, tras la suspensión del encuentro. Luego, pudieron dar con las coincidencias de las personas que hicieron el acto de suspensión.
El equipo reiteró su postura el lunes, anunciando a través de un comunicado que una vez se identifiquen a los responsables «prohibirán de por vida el ingreso de estas personas al estadio Monumental». Así, intentarán dispersar cada hecho de violencia que se produzca en las gradas del campo.
El Gerente Deportivo de la Universidad Católica, José María Buljubusich, lamentó las acciones violentas. «Hay que ser tolerante y entender que cualquier medida hay que aceptarla y eso puede ser desde más presencia de Carabineros, jugar sin público, hasta un montón más. Entre todos tenemos que parar estas cosas para que no pase más en una cancha de fútbol».