José Manuel Urenda, empresario que fue sindicado como uno de los que no respetó el llamado de las autoridades, hizo sus descargos y culpó a la DGAC.
Indignación causó la información de dos empresarios que, burlando toda barrera sanitaria terrestre para evitar viajes a la costa, usaron sus helicópteros para viajar a acomodados balnearios de la Región de Valparaíso en Semana Santa.
Cristóbal Kaufmann y José Manuel Urenda fueron sindicados como los viajantes desde Vitacura hasta zonas como Cachagua y Zapallar, donde abundaron los capitalinos que, sin importarle la salud de las personas, se fueron a sus segundas viviendas.
Uno de ellos, Urenda, habló con La Tercera y aseguró que “el helicóptero es como mi auto, porque me muevo mucho a Valparaíso. A la gente le molestan los helicópteros, pero nosotros estábamos metidos en puertos. Tenemos faena de remolcadores. Tenemos un barco que distribuye los combustibles. En el sur hacemos la conectividad. Tenemos transbordadores que pasan por el canal del Chacao y participamos en la parte de servicios de la industria salmonera para que no deje de funcionar”.
“Me duele que la autoridad a uno lo juzgue antes de tiempo. Vean el proceso. Revisen la documentación y después vean si cabe por algún lado que me puedan sancionar. No fue nada más que eso. Fui solo con el piloto. Nadie pernoctó en la casa. Pasamos sobrevolando el centro de distribución. Aterrizamos allá. Al rato, nos volvimos y directo a Santiago, porque a las 18 horas, Tobalaba cerraba. Es como andar con el auto al día”, añadió.
Por su parte, el abogado de Kaufmann, José Luis Riesco, dijo a La Segunda que “Don Cristóbal salió de su departamento con permiso porque iba a comprar un medicamento, pero extendió el viaje y fue al aeródromo… Si era tan importante restringir las salidas a Santiago, incluidas las aéreas, la autoridad debió haber instruido a la DGAC para que estableciera una norma restrictiva a los pilotos”.
