Una ocupante de la megatoma en Quilpué expresó en vivo su indignación por el inminente desalojo del terreno, que pertenecía al fallecido empresario Alejandro Correa, asesinado por sicarios. La mujer, entrevistada por el matinal Mucho Gusto, se quejó por la falta de aviso y el poco tiempo que se les otorgó para abandonar el lugar, un proceso que la obligó a desmantelar su vivienda rápidamente.
La residente, que aseguró haber llegado al lugar hace dos años, manifestó su descontento con la forma en que se estaba ejecutando el desalojo. “Yo llegué hace dos años y ahora estoy rompiendo mi casa, la estoy desarmando rápido, porque no hubo ni siquiera la oportunidad de que nos dieran un plazo pequeño”, declaró la mujer. Además, insistió en su reclamo, señalando: “Estamos pidiendo un poquito de respeto por la dignidad nuestra”.
Durante el diálogo, la entrevistada confirmó que los ocupantes ya tendrían un nuevo lugar a donde trasladarse, confirmando que la ocupación de terrenos continuará. “Hay una quebrada más abajo, la poza. Yo creo que la mitad de la gente se va a ir para allá”, afirmó. Adicionalmente, la mujer atacó la base del desalojo en Quilpué, asegurando que no existía una razón sólida para ser removidos y apuntando a las autoridades y la familia del fallecido empresario.
Problemas en Quilpué
En un tono agresivo, la ocupante calificó el proceso de desalojo como una "maraña de mentiras, de promesas y cosas turbias". Con una frase grotesca, expresó: "Desde la alcaldesa, desde la hija del finado este... una maraña de mentiras, de promesas y cosas turbias. Si alguien dijera la verdad, no nos sacarían de acá”. Además, se refirió a la autoridad comunal con términos ofensivos, tildándola de “alcaldesa de mierda, mentirosa”.
Tras escuchar el testimonio, el periodista José Antonio Neme optó por no confrontar a la mujer, limitándose a contextualizar la situación en Quilpué. "Como ya gasté toda la energía la semana pasada, hoy estoy en un estado positivo, así que voy a tomármelo con cierta calma", dijo Neme, quien lamentó que la mujer se refiriera al fallecido empresario con el término "el finado". El comunicador concluyó que el relato de la ocupante era "tan evidente y tan burdo" que no tenía nada que agregar, y enfatizó que el desalojo llevaría a la usurpación de otro terreno en una quebrada peligrosa.