Enero estuvo marcado por la muerte de Anahí Espíndola en Viña del Mar, una joven de 22 años que desapareció durante 10 días. Finalmente, su cuerpo fue encontrado sin vida en roqueríos de Avenida Perú, Viña del Mar.
En entrevista con El Mercurio, Jaime Brieba Quintana, investigador criminalístico, entregó su hipótesis del fallecimiento y se ofreció para investigar.
«Desde el lugar donde se rompe la ola, donde están las rocas, al llegar al socavón donde fue encontrada, son por lo menos algunos metros que, para poder arrastrarse el cuerpo y llegar justo a ese socavón, es imposible», expuso.
Por lo mismo, argumentó que es imposible que se haya tratado de una muerte accidental. «Lo encuentro imposible desde el punto de vista del tamaño del socavón para poder meterse. La entrada es muy estrecha. Imposible caer ahí de cabeza con todo el cuerpo», agregó.
«Desde mi punto de vista, es imposible que el cuerpo hubiera sido arrastrado. Para mí que lo pusieron. Esa es mi hipótesis. Pusieron el cuerpo, porque el día anterior no había nada. Habían pasado muchas veces por ahí, buscando», añadió.
Para complementar la información, Brieba, dio a conocer que una de las pruebas para determinar si Anahí murió ahogada es «a través de la medición de diatomeas, que son microalgas que cuando una persona muere ahogada, traga agua y estas microalgas quedan en los pulmones»
Hasta el momento, el cuerpo de Anahí no ha sido entregado a la familia mientras dure la investigación.