La Universidad de Chile se encuentra inmersa en la preparación de su trascendental llave de semifinales de la Copa Sudamericana contra Lanús, pero ha recibido un golpe extra-futbolístico desde la CONMEBOL. Antes de afrontar el partido de ida, programado para el 23 de octubre en Santiago (la vuelta será el 30 en Buenos Aires), el club estudiantil fue notificado de una serie de nuevas multas impuestas por la Unidad Disciplinaria del organismo rector del fútbol sudamericano.
Las sanciones financieras derivan de las incidencias registradas durante la fase de cuartos de final, en la que el cuadro azul enfrentó a Alianza Lima. El organismo confirmó una multa global que asciende a 82 mil dólares contra el club, un monto significativo que incluye también una sanción personal para el director técnico, Gustavo Álvarez.
Desglosando las penalizaciones, una de las mayores multas se aplicó por la demora en el inicio del partido contra el equipo incaico. Por esta infracción, la CONMEBOL sancionó a la Universidad de Chile con 20 mil dólares, mientras que el entrenador Álvarez recibió una multa individual de 50 mil dólares. Adicionalmente, el club fue multado con otros 12 mil dólares por incumplir el protocolo de inicio de partido, según lo estipulado en el Manual de Clubes de la Copa Sudamericana.
Universidad de Chile y otro revés de Conmebol
La Unidad Disciplinaria de la CONMEBOL no solo aplicó las multas económicas, sino que también emitió una advertencia formal tanto para el conjunto universitario como para su estratega. Esta notificación eleva el riesgo de futuras sanciones en caso de reincidencia en faltas disciplinarias.
La amonestación finaliza con una referencia al Código Disciplinario. El comunicado advierte que: "En caso de reiterarse cualquier infracción a la disciplina deportiva de igual o similar naturaleza a la que ha traído causa el presente procedimiento, será de aplicación lo dispuesto en el Art. 27 del Código Disciplinario de la CONMEBOL, y las consecuencias que del mismo se pudieran derivar." Con este panorama, la Universidad de Chile se enfoca en Lanús, pero con la presión de evitar nuevas infracciones en el ámbito continental.