Un nuevo libro del investigador británico Philippe Sands, basado en testimonios inéditos, asegura que el Gobierno de Eduardo Frei Ruiz-Tagle (1994-2000) colaboró en un plan para que Augusto Pinochet simulara demencia y así evitar su extradición a España. Según el relato de Cristián Toloza Castillo, exasesor de Frei, las autoridades chilenas habrían proporcionado un documento con instrucciones detalladas sobre cómo el exdictador debía actuar para aparentar deterioro mental durante su detención en Londres en 1998.
La estrategia se habría implementado luego de que el juez español Baltasar Garzón ordenara la captura de Pinochet por crímenes contra la humanidad. El exdictador, quien viajó a Inglaterra supuestamente para tratamientos médicos, permaneció más de un año en proceso de extradición. Finalmente, el ministro británico Jack Straw rechazó su envío a España por "razones humanitarias", citando su frágil estado de salud. Sin embargo, al regresar a Chile, Pinochet sorprendió al levantarse de su silla de ruedas para saludar al entonces comandante en jefe del Ejército, Ricardo Izurieta.
De acuerdo con el libro, el Gobierno de Frei elaboró un extenso informe de más de diez páginas en el que se indicaba a Pinochet cómo fingir síntomas de depresión y demencia. Entre las instrucciones figuraban declarar que había tenido pensamientos suicidas, pérdida de memoria y decir "cosas irracionales y absurdas". Según Toloza, Frei temía que la prolongación del caso generara inestabilidad política o incluso un nuevo golpe de Estado.
Polémica con Frei y Pinochet
En mayo de 1999, durante una cuenta pública, el entonces presidente Frei justificó su postura de traer a Pinochet a Chile: "Mi convicción más profunda es que su permanencia en Londres acarrea un grave daño a la imagen de Chile e introduce incertidumbres en el devenir político nacional. No formo parte de quienes prefieren que esta situación se prolongue indefinidamente. Siempre he pensado que es más beneficioso para el país que el Senador Pinochet regrese a Chile durante mi mandato", declaró.
El libro también revela que Chile habría entregado al Reino Unido pruebas de la participación de Pinochet en la Caravana de la Muerte, con el compromiso de que sería juzgado en el país. No obstante, la Corte Suprema determinó posteriormente que el exdictador no estaba en condiciones mentales para enfrentar un juicio, lo que generó críticas y sospechas sobre la veracidad de su deterioro cognitivo. Estas nuevas revelaciones reabren el debate sobre el manejo político y judicial del caso Pinochet.