La reciente salida de Nicolás Solabarrieta del programa Noche de suerte de TV+ se ha tornado más compleja tras desvelarse que su partida no fue, como se informó inicialmente, una "decisión tomada en conjunto". Hace unos días, el hijo de Ivette Vergara anunció públicamente su dimisión, argumentando que el proyecto había tomado un giro hacia la farándula que era ajeno a su perfil profesional y a sus proyectos de vida.
Sin embargo, los hechos revelados recientemente indican un escenario distinto. La desvinculación no provino del panelista, sino que fue una decisión unilateral de la dirección del programa, la cual le fue comunicada al exfutbolista en la madrugada de un sábado, mientras se encontraba en un compromiso laboral en México. Esta forma de proceder fue el principal foco de molestia para Solabarrieta.
El propio Nicolás Solabarrieta confirmó estos antecedentes en una conversación con Que te lo digo, asegurando que "lo que me molesta es la manera". El excompañero del espacio de TV+ relató que, previamente, él ya había advertido su incomodidad con la nueva dirección editorial del programa. "Cuando el programa da este vuelco de farándula muy dura, yo soy el primero en decirle ‘chicos, si este programa continúa esta línea, yo lo voy a evaluar porque no me siento cómodo’", recordó el hijo de Ivette Vergara.
¿Qué ocurrió con el hijo de Ivette Vergara?
A pesar de su advertencia, la decisión final fue tomada por la cúpula del espacio sin mediar su evaluación. Solabarrieta precisó la forma en que se le notificó: "Yo me fui a trabajar a México, y cuando estoy allá me llega un audio un sábado a las tres de la mañana comunicándome básicamente que ya se había tomado la decisión". Esta situación provocó que Ivette Vergara, madre de Nicolás, contactara al director de TV+, Gonzalo Cordero, quien, según Solabarrieta, le explicó que la decisión había sido de la dirección del programa y no del canal.
Acto seguido, Vergara se comunicó con el animador del espacio, Joaquín Guzmán (Zimdecker), para expresar su desacuerdo con la gestión de la desvinculación, haciendo ver al conductor que no le parecía la forma en que se habían llevado las cosas, especialmente considerando que ella lo había ayudado a ingresar al canal. Solabarrieta, aunque aseguró que no estuvo presente en la llamada y que "no necesito que nadie interceda por mí", infirió que la conversación pudo haber sido tensa, señalando que "si (la conversación) estuvo subida de tono es porque no debe haber habido una contraparte muy tranquila".